10.2.09

Capital Humano


“Saber más que otros es fácil; lo difícil es saber algo mejor que los otros”
Séneca

Hoy las nuevas tecnologías de la información están relevando de manera
inexorable la industria pesada y manufacturera, como principal soporte de las
economías desarrolladas. pero a diferencia de esta economía que dependía
de bienes agotables como el petróleo, el hierro, la nueva economía se
desarrollará en el rumbo del conocimiento; por lo tanto la información y el
conocimiento se convierten en el nuevo objeto formal de la ciencia y la
tecnología, hasta el punto que economía, cultura y bienestar social dependen
cada vez más del desarrollo de nuevas tecnologías de información.

Los viejos pilares primarios de la economía: tierra, capital, trabajo, han
quedado desvirtuados ante la llegada de nuevas empresas de amplia base
tecnológica como software, servicios, biotecnología, etc.
Es así entonces que los nuevos componentes de los factores de producción son: EL
CONOCIMIENTO Y LA TECNOLOGIA.

El éxito de una empresa se encuentra en su capital intelectual, es por ello
que los activos fijos vienen siendo relegados; la capacidad de gestionar
talento e intelecto humano se está convirtiendo en la técnica gerencial del
presente, desarrollando interés por el capital intelectual, la creatividad, la
innovación y el aprendizaje organizacional.

Leif Edvinson hace 2 grandes clasificaciones del Capital Intelectual:

>Capital Humano: conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y
destrezas de las personas que componen las organizaciones.
>Capital Estructural: Conocimientos desarrollados por las
organizaciones e integrados por: capital clientes, procesos, capacidad de
innovación a través del desarrollo de nuevos productos o servicios.

El mexicano L. Valdés, conceptúa el capital intelectual de la siguiente
manera: “Es todo inventario de conocimientos generados por la
empresa y expresado como tecnología: patentes, mejora de procesos,
productos y servicios; información: conocimiento de clientes
proveedores, competencia, entorno y oportunidades; y habilidades
desarrolladas en el personal: solución de problemas en equipo,
comunicación, manejo de conflictos, desarrollo de la inteligencia. Todo
unido y orientado a crear valor agregado de forma continua para el
cliente”.

De acuerdo a investigaciones de la Dra. Linda Gratton se dedujeron tres
importantes conclusiones.
La primera, es que en un porcentaje considerable
de empresas los miembros de la estructura informal no se sienten
estimulados, comprometidos ni libres de expresar sus opiniones.
La segunda conclusión, es que durante el tiempo que duró la investigación, más de seis
años; no observaron ningún avance en la gestión de recursos humanos y la
tercera, se pudo comprobar fehacientemente que las conductas y las
prácticas de las personas pueden desmejorar considerablemente con el
pasar del tiempo.
La ejecución e implantación de las estrategias corporativas
para que sean exitosas deben ser administradas a través de la gente,
además de que para afianzar una visión estratégica de personal se requiere
la implantación de un proceso de diálogo y reflexión permanente en todos los
niveles organizacionales.

Estas nuevas realidades como el paradigma del conocimiento reclaman
nuevas reglas del juego, que están cambiando drásticamente la visión de los
líderes empresariales acerca de la administración de la organización.
Entre las nuevas reglas están: a) la mayor parte del valor agregado en los
productos y servicios es derivado del conocimiento e inteligencia; b) la
información como insumo básico de producción; c) la tecnología y la
revolución de los negocios y d) la rapidez en la cual debe moverse la nueva
estrategia empresarial. Cada una de estas reglas requieren un viraje en la
forma de visualizar las empresas y los negocios. Las organizaciones que
tengan la capacidad de entender mejor estas reglas desarrollarán
rápidamente sus respectivas ventajas competitivas.

En nuestro entorno como país subdesarrollado, no han cristalizado del todo
estos nuevos conceptos, y aún no superamos la etapa de darle cabal valor al
recurso humano como tal, menos aún, como capital intelectual, por lo que
pueden apreciarse enormes cifras de rotación de personal, empleados
calificados poco remunerados, falta de interés en la capacitación tradicional y
más aún en invertir en adquisición de conocimiento y tecnología para los
colaboradores, falta de pertenencia del colaborador hacia la empresa, poca
destreza en el trabajo en equipo y otros defectos que deberán combatirse
con el ingreso de las organizaciones a la era del conocimiento, en ruta hacia
la competitividad dentro de la economía mundial.

María Antonieta Laso López.

Bibliografía: ¿Que es el capital humano? Chichí Páez, Gerencia en Acción (1) 2002.
El capital intelectual. Leif, Edvinsson y Michael S. Malone. Editorial Norma. 1998.
El capital intelectual.. Juan Carlos Gómez López. 2007.
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¿Qué significa la competitividad en las organizaciones públicas?
Por Alberto Haaz D.


En la sesión del pasado 23 de enero 2009, los integrantes del Equipo 4 expusimos el tema de El paso de la productividad a la competitividad, con enfoque generalizado a cualquier tipo de organizaciones, como son las de particulares y las del sector público. Ahora y aquí de manera individual, ofrezco una aportación complementaria, referida al significado de la competitividad en las organizaciones públicas.

El concepto de la competitividad en el gobierno, en una dependencia u organismo público específico, no es exactamente igual al que se tiene en un negocio de particulares. La finalidad en el sector público es servir a los ciudadanos y a la población en general, según corresponda, con apego al marco normativo que le rige; y esto implica cumplir con aspectos de eficacia, eficiencia, calidad, transparencia, honestidad, etc. en la gestión que se trate. No predomina ahí el interés por ganar clientes y obtener utilidades, como ocurre en los negocios de particulares.

Además, en el negocio público, en la generalidad de los casos, sus “clientes” están asegurados. Por ejemplo: los ciudadanos que desean adquirir una Licencia de Automovilista, sólo pueden lograrlo acudiendo a las oficinas de las Agencias Fiscales del Estado, cumpliendo el previo trámite requerido ante la Autoridad Municipal respectiva. No hay alternativa de otro proveedor de las citadas licencias. No es como cuando el ciudadano decide elegir entre ir a la tienda Wall Mart, Gigante u otra, en busca de algún producto. En el caso de los bienes y servicios públicos, no hay distintos proveedores en libre competencia por ganar clientes y utilidades.

Tal situación constituye un gran reto para el logro de la competitividad deseada en las administraciones públicas, porque ofrece una gran comodidad para las dependencias y organismos respectivos. Comodidad en el sentido de que algunos burócratas piensan que no pasa nada si hoy no se atiende bien a los clientes-ciudadanos respectivos de alguna instancia u oficina pública. Lo más que puede ocurrir, dicen, es que se presenten quejas en un buzón u otro medio, que al final de cuentas pueden quedarse sólo ahí.

Lo anterior, sabemos bien que es muy distinto a lo que ocurre en los negocios de particulares, en los que un mal servicio se reflejará en pérdidas económicas y en el riesgo de quedar fuera de la competencia en que ha estado participando, con un producto o servicio en determinado mercado.

¿Cuál es entonces el significado de la Competitividad en las organizaciones públicas? En mi opinión, es: lograr la satisfacción plena de los ciudadanos y la población en general a la que se sirve; y que ellos las ubiquen (a cada una de las organizaciones públicas) en un nivel de alta calidad, dentro de una escala que permita identificar la alta, mediana y baja calidad, o aplicando otras escalas para la medición respectiva.

Así, para el logro de la satisfacción plena de los clientes-ciudadanos o población a la que se sirve, cada organización pública debe aplicar los métodos, técnicas, herramientas, sistemas, etc. que le resulten más convenientes; y es aquí donde se puede recurrir al aprovechamiento de las experiencias en las organizaciones del sector privado, pero, sin perder de vista que sus finalidades y naturalezas son distintas. Cabe mencionar que esto fue la pauta básica para el surgimiento del denominado Modelo Gerencial en las administraciones públicas, inspirado en las transformaciones organizacionales ocurridas en el sector privado. Ahora, es deseable el impuso de una nueva corriente a generalizarse en las organizaciones públicas, enfocadas a la conformación de sistemas del tipo Empresa Inteligente, mediante el cual se puede alcanzar altos niveles de competitividad, conforme a la concepción antes expuesta.

Bibliografía

CLAD, Una nueva gestión pública para América Latina, en http://www.clad.org.ve/documentos/declaraciones/una-nueva-gestion-publica-para-america-latina/view

Manzano Polío, Wendy Aymeth, La gestión de la innovación como herramienta para la competitividad, en http://www.monografias.com/trabajos34/innovacion-y-competitividad/innovacion-y-competitividad.shtml?monosearch